El diario La Gaceta publicó la siguiente nota respecto a las buenas prácticas para afianzar la calidad de los productos de una de nuestras empresas socias.

Compartimos la nota:

 

La competitividad no es sólo una meta, sino un estado en el que los sectores exportadoras tienen que cosechar diariamente para que, en el corto, mediano y largo plazo se recojan los frutos de un trabajo minucioso. Y la actividad citrícola sabe de eso. Ha constituido un cluster cuya carta de presentación, a nivel mundial, es la calidad del limón que se produce en Tucumán, según afirmó el gerente general de Argenti Lemon, Carlos Parravicini, en una entrevista con LA GACETA.

-Siempre se ha dicho que Tucumán es azúcar, pero resulta que el limón es tucumano y se exporta a distintas partes del mundo, con un sello de calidad colectivo. ¿Es una mejor carta de presentación para vender?

-Sí, sin duda. Cuando yo era joven y trabajaba en esta incipiente actividad, me pregunta qué diferencia había entre la industria del limón y la industria azucarera. Y yo decía: “la industria del limón habla en inglés”. Lo que quería decir, en realidad, era que el contexto con el exterior diferenciaba brutalmente a la actividad, porque la caña de azúcar era netamente para el mercado interno. Entonces la relación con otras culturas, con otras formas, con otros estratos, enriquece profundamente la actividad y establece la diferencia que hoy se puede apreciar entre una instalación de la industria del limón y otra de la industria azucarera.

-¿Tienen que ser muy cuidadosos en cuanto a la calidad del limón porque son los mercados los que lo exigen?

-Somos cuidadosos en cuanto a que producimos un alimento que en algunos casos está procesado industrialmente y en otros casos se vende como fruta fresca. Esto exige una trazabilidad de buenas prácticas, de no contaminación. Pero además, los compradores nos imponen cierta certificación que tiene que ver con el medio ambiente, con el impacto ambiental, con el trato a la gente. Es decir, todas aquellas certificaciones que han hecho crecer al cluster limonero, porque esto impacta en todos los segmentos, hasta una calidad de producción distinta a la que estamos habituados.

-Otro de los factores distintivos del sector citrícola es que actúa en conjunto, que toda la cadena trabaja en función del producto que nos representa en el mundo.

-Es una actividad que está muy bien integrada. Están los productores independientes, los empacadores que exportan, las industrias… Hay industrias que no tienen producción, hay productores que no tienen empaque y hay otros que está integrados verticalmente en una forma total. Pero en las mesas de conversación estamos sentados todos los actores, que tenemos sin duda intereses enfrentados, pero en definitiva un vector común nos lleva a que la actividad haya sido exitosa durante muchos años, aun cuando el beneficio mayor lo haya logrado alguna vez la fruta fresca y otra el exportador, o el productor, o quizá la industria. Esta dinámica ha generado un equilibrio que es muy sano, que le ha hecho muy bien a la actividad y que la ha hecho crecer. En las mesas institucionales… Lo que originalmente era la Asociación Tucumana de Citrus, que nace hace 40 años y nos contenía a todos los actores, desde hace dos años ya se integró como Asociación Citrícola del Noroeste Argentino, adonde se sumaron Salta y Jujuy como productores, porque ahí también hay desarrollos limonero y de naranjas muy importantes que están de acuerdo, o en comunión, con la actividad que se hace aquí en Tucumán.

-¿Cómo está Argenti Lemon hoy?

-Está bien. Es una empresa familiar, joven, que tiene 22 años de actividad y ha tenido una tasa de crecimiento, de desarrollo, muy alta, muy importante. Ha sabido incorporar tecnología, ha sabido incorporar técnicos, ha sabido estructurarse para afrontar los desafíos que tenía. Y aprovechó las oportunidades que tenía para crecer y para ser, hoy día, la tercera o cuarta de la actividad. Argenti Lemon produce más o menos, según la campaña, el 10% del total de la fruta que se produce en Tucumán; industrializa el 10% del total de la fruta que se industrializa en la Argentina, y exporta también el 10%. Participamos del mercado con el 10% de la actividad y eso marca la envergadura que ha tomado una empresa joven, porque 20 años no es mucho tiempo. Hoy día la empresa está consolidada, está fuertemente establecida, con un desarrollo hacia abajo muy fuerte, conformando grupos de trabajos a los cuales atiende permanentemente en sus demandas y en sus requerimientos y trata de ir satisfaciendo conforme van sucediendo los acontecimientos. No tenemos una estructura grande, pero estamos bien estructurados y siempre pensamos que los momentos de éxito no tienen que hacernos olvidar que pueden venir momentos más difíciles, porque en definitiva depende del mercado.

-¿Qué proyectos tienen?

-La primera ocupación inmediata, urgente, que hoy día nos convoca es la situación del limón. La actividad limonera ha crecido en todo el mundo, hay muchas más plantaciones y producciones, se ha crecido vertiginosamente en plantaciones: la producción de Turquía, la producción de España, la producción de Sudáfrica y la producción de Argentina han crecido. Pero el mercado no ha crecido al mismo ritmo, aun cuando ya hayamos hecho las aperturas de la India y Vietnam y estemos trabajando en la apertura de China. Son procesos que demandan tiempo y no dependen del agricultor, de poner una planta y a los tres o cuatro años cosecharla y producirla. Dependen de otros tiempos. Entonces, en la medida en que los mercados no crezcan, vamos a sufrir lo que está pasando hoy día: una crisis de excedentes de producción a nivel mundial por mercados que no los están tomando.

-¿Es un desafío muy grande el de abastecer a un mercado tan significativo como el de China, que hoy mueve el mundo?

-Sí, pero se puede. De hecho, ya llegamos a Japón o a Hong Kong, que hoy es parte de China también. Entonces sí se puede y se puede llegar con la calidad requerida por los mercados. Ahora, hay un dicho: “los chinos tienen los tiempos del mundo”. Ellos no tienen ningún apuro para nada, frente a la ansiedad de nosotros los exportadores, que queremos acelerar siempre un poco más. Yo creo que China es un paso que debemos dar. Hoy día está en manos de nuestros negociadores, de Cancillería, del Senasa. Nosotros desde las instituciones siempre ponemos nuestra parte para que se siga trabajando. Los gobiernos cambian, los funcionarios son diferentes, pero nosotros seguimos en la misma orientación. Así se logró llegar a la India y Vietnam y así se logró llegar a Estados Unidos, adonde sí estamos enviando productos desde el año pasado, después de haber estado impedidos de hacerlo durante mucho tiempo.

-El limón tucumano ya conquistó el mundo, ya juega en las grandes ligas con Turquía y España, por ejemplo…

-Es contraestación. En el hemisferio sur los grandes actores, los grandes proveedores, son Tucumán, o Argentina si queremos, y Sudáfrica. Pero todo el Mediterráneo, en el hemisferio norte, está con muy buenas producciones de cítricos y con mano de obra muy barata, sobre todo si uno ve el norte de África, lo que es Marruecos, Túnez… Toda esa zona tiene actividad citrícola también, aunque ellos apuntan más a la naranja, porque es un producto de más fácil comercialización, más masivo. Pero el limón está mostrando algunos desarrollos importantes. Las exportaciones de Sudáfrica, por ejemplo, crecieron el 130% en los últimos cinco años.

 

Fuente: La Gaceta

 

Compartir